domingo, 18 de junio de 2017

Y llegó el día de celebrar

Un mágico momento


Nunca pensé hace 40 años que podríamos vernos cada cierto tiempo y compartir recuerdos, experiencias y caminos tan variados. - Claudia Mejía

Para la gran mayoría es un cuento de fantasía, para otros un milagro de la amistad, para otros una novela de amor. Y todos tienen la razón.

Después de varios meses de reuniones, correos, grupos en redes sociales, llamadas telefónicas y mensajes variados, logramos reunir a un numeroso grupo de amigos, que tuvimos la fortuna de conocernos hace 40 años cuando ingresamos a la facultad de arquitectura de la universidad de Los Andes.

En medio de planos, maquetas, presentaciones, y talleres que albergó "El Campito", como testigo perpetuo de amistades y amoríos, se diseñó y construyó una fuerte relación que hizo posible compartir el pasado 17 de junio un momento mágico que quedará grabado en nuestros recuerdos más especiales.

Las emociones impedían organizarnos para lograr la mejor foto, difícil reto, pero no imposible.

Cómo no iba a lograrse el registro de la reunión, con este bello equipo de reporteíra gráfica que trabajó arduamente a fin de captar para el recuerdo y para compartir los mejores momentos del día.
Eran las 11:30 de la mañana cuando los coordinadores de transporte nos reunieron para iniciar el recorrido hacia Los Alerces en la urbanización Yerbabuena de Chía. A esa hora el pronóstico del estado del tiempo era de chubascos, tormentas y fuertes lluvias. Terrible!
Sin contratiempos inició a manera de un sagrado ritual, la jornada de abrazos que fluían como si se tratara de una deuda pendiente, emociones represadas por el tiempo que explotaban una y otra vez, gracias a la virtud de una verdadera amistad.



Todos brindamos por el encuentro y aprovechamos cada momento con la misma emoción de hace N años para refrendar sentimientos, y revelar secretos que hoy el paso del tiempo convirtió en anécdotas inofensivas.

En las sonrisas, y en las expresiones de cada uno afloraba sin falta la añoranza de momentos felices, en sus ojos brillaron destellos de tiempo misteriosamente custodiado por la memoria como un patrimonio único, mientras las miradas frustradas buscaban a aquellos  que no pudieron acompañarnos.

El querido grupo de La Perramenta mantiene lazos duraderos, que unidos a la creatividad prepararon el ambiente y organizaron con detalle milimétrico, propio de los arquitectos, cada momento de la reunión. En repetidos aplausos y elogios todos los asistentes retribuyeron con creces el esfuerzo del equipo.

Uno a uno dejamos registro de nuestros sentimientos y deseos, y entre todos escribimos una nueva página de historia que quedó consignada en un hermosos libro de valor incalculable que será celosamente guardado y a disposición, para agregar más y más declaraciones vibrantes.
Y al compás de un ameno grupo musical se armó la fiesta y nos fuimos reconociendo a través de los ritmos y canciones que fueron cómplices de aventuras, amores y desamores.
Testigo de ocasión el infaltable clásico conservado intacto que parece cobrar vida y reclamar su membresía, en el Petitte Comité, la que tiene lograda por su permanencia que supera las adversidades
Si, es difícil de creer, pero no hay  pronóstico adverso que la fuerza del amor y la amistad no pueda vencer, y el momento mágico que vivimos lo demuestra. El sol nos acompañó buena parte de la tarde, y los abrazos alejaron las tormentas tan anunciadas al inicio de jornada.

A las 8 de la noche emprendimos el regreso hacia la próxima reunión.

 

... Y al día siguiente el café tuvo un mejor sabor!


-Petitte Comité-

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